El martes disputábamos la segunda parte de la etapa común entre Valence y Mónaco y como colofón la Etapa Final, la famosa Noche del Turini.
A las 6 de la mañana arrancaba el día, con sólo dos tramos, pero con la peculiaridad de que el primero de ellos tenía nada menos que 66 km. El tramo discurría por carreteras más o menos anchas pero la dificultad estaba en que su recorrido unía tres puertos, todos ellos nevados, en especial el Col de Perty y el Col de St. Jean.
El recorrido se nos dió bastante bien, con la única incomodidad de que al tener tantos kilómetros, era fácil alcanzar a otros participantes que habían salido antes que nosotros, con la dificultad que entraña adelantar cuando las carreteras están cubiertas de nieve.
El siguiente tramo era mucho más corto pero también con bastante nieve. En él estaban varios aficionados asturianos agitando la bandera y animándonos a nuestro paso, cosa que se agradece en el alma, sobre todo cuando llevas tantos días fuera de nuestra tierra.
Al llegar a Mónaco y a la espera de tomar la salida para la decisiva etapa final, nos encontramos en el puesto 11, muy animados y con la vista puesta en intentar meternos entre los 10 primeros.
A las 20:30 partía el primer participante rumbo a Moulinet, lugar donde comenzaba el primero de los tres tramos que componían esta etapa, Turini, Col de Graus y la Madonna.
A los 3 km de haber tomado la salida el coche nos empieza a dar problemas, las luces se apagan y el motor hace amago de pararse una y otra vez hasta que en una de estas llega a pararse. Todo hacía indicar que era un fallo eléctrico, logramos arrancar de nuevo y a partir de ahí desenchufamos todos los faros supletorios de larga, niebla, etc.. por si el problema viniese de ahí. Terminamos el tramo sin más sobresaltos y parece que hemos tenido suerte y no nos han cazado con mucho retraso.Nos vamos al segundo tramo, Lantosque–Col de Graus, quizás el más difícil ya que por la información que teníamos había una zona de mucho hielo a partir del Col de L´Orme. A 6 km de las salida se repite la historia del Turini, los faros se apagan y el coche se para. Esta vez parecía la definitiva y cuando ya nos íbamos a bajar a señalizar el coche, que se había quedado en medio de una paella, otra vez volvió a la vida y reemprendimos la marcha, cazándonos un control cerca del Col de St. Roch con 38 segundos de retraso, pero haciendo el resto del tramo muy bien, quedando con todo ello sobre el puesto 25 de la clasificación.
En la asistencia que teníamos después del tramo nos lograron encontrar el problema, rellenamos gasolina y nos fuimos hasta la última especial, La Madonna. Un tramo muy roto, descarnado, con zonas que son prácticamente de tierra y donde siempre hay diferencias. Empezamos bien, a muy buen ritmo y llegamos a la peor zona del tramo con la media, haciendo un tramo fantástico, pero a falta de 5 km para la meta, en una curva a izquierdas nos encontramos con una zona muy húmeda, una mezcla entre barro y hielo que hizo que el coche se fuese recto y golpeásemos la roca. Salimos de nuevo, con la intención de acabar el tramo despacito pero a los 300 metros, algo se partió y la rueda izquierda se cayó. Aquí terminaba nuestro rallye, tras 4.000 km recorridos y con Mónaco a la vista, sólo nos faltaban 5 km de tramo y 13 de enlace para lograr completar una aventura que comenzaba hace una semana en Marrakech, y que había costado mucho dinero, mucho esfuerzo y muchos meses de preparación, pero bueno, así es este juego y tenemos que quedarnos con las cosas que hemos aprendido y con la impresión de que si un año nos acompañase un poco la suerte y no cometemos errores, tenemos posibilidades de estar entre los mejores.
Crónica Cuni suarez.
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